Algunos cronistas cuentan que el autor de la obra: "Don Quijote de la Mancha ", Miguel Cervantes Saavedra, iba - desde niño- siempre recogiendo por las calles cuantos papeles se encontraba a su paso para leerlos e instruirse, lo que hizo de él un gran hombre y novelista. Sin embargo, nos preguntamos: cuál habría sido el futuro del también dramaturgo, si ese hecho hubiese ocurrido en este siglo, en el que cualquier impreso como periódicos, revistas, entre otros, puede ser encontrado en cualquier esquina. Al leerlo, le habría sido suficiente el contenido de estos textos, considerados -como es bien sabido- poco pedagógico, para que llegue a ser el genio que fue. Para determinar está interrogante, se investigó sobre cómo es el tratamiento de la educación en los medios impresos en Perú.
En este sentido, el especialista en educación, León Trahtenberg, explicó que cuando se hace un análisis de discurso a un diario, se puede encontrar con dos dimensiones de lo educativo: la primera etapa - para él - es la explícita en el que se habla de noticias que tienen un carácter técnico-pedagógico.
En cambio, sobre la otra etapa, llamada implícita, comentó que es la forma de cómo el medio comunica una información política, económica, deportiva, policial y demás, teniendo sólo como base su ideario y sus códigos de conducta. Este enfoque- según él- es más ético, sociológico, cultural y semántico.
No obstante, denunció que algunos medios de prensa escrita utilizan esta dimensión en los diarios para adoctrinar a las personas y no para educarlos; por lo que los calificó como formadores y creadores de fanáticos, recordándoles así que su fin supremo es crear lectores pensantes.
En esta línea, recomendó a los medios que cuando difundan información, tengan un enfoque más positivo, neutral y balanceado con el fin de que ayuden al Estado a construir la gobernabilidad del país, tras pedir a las personas que no sólo se queden en las portadas, sino que vayan más allá.
De las noticias y los titulares que se difunden en los medios peruanos, sostuvo que se caracterizan, a diferencias de otros, por decir que las cosas andan mal, siendo lo más llamativo posible y apelando a las emociones y a los sentimientos más primarias; dice que genera un problema de credibilidad en la población.
Lo cierto es que reconoció que la información que se difunde en los periódicos genera mucha confrontación, división y fractura social, por lo que exigió a sus directores que traten las noticias en concordancia con los valores para que se construya una sociedad más justa y cociente.
Al compararlo con la prensa de algunos países desarrollados, afirmó que en esos impresos se difunden más contenidos positivos que negativos, tras precisar que dicha medida genera confianza en sus instituciones democráticas.
En otro momento, precisó a la vez que determinar el grado de influencia que tiene un diario sobre una persona es muy complicado porque no se sabe que notas, crónicas o columnas de opinión lee éste cuando abre las páginas de un periódico. Sin embargo, desestimo la premisa - casi mitificada - de que si un hombre lee un diario chicha, entonces es inculto, al dejar en claro que cualquier persona puede comprar esos matutinos para entretenerse.
Por último, León Trahtenberg se mostró a favor de que exista diversidad de información en una sociedad, tras precisar que esto permite que las personas sepan escoger, elegir y confrontar, a pesar de que tenga un contenido sensacionalista o grotesco.
Sin duda, se concluye que -hasta el momento- los medios impresos no han ayudado a la población a construir una sociedad formada en valores, por lo que éstos tienen todavía una gran tarea por cumplir.
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