martes, 26 de julio de 2011

ANALÍ CABRERA, UNA LEGENDARIA LECCIÓN DE VIDA.



La muerte de un ser querido siempre causa dolor y pesar en una familia. A veces provoca una sensación descomunal de miedo, revive los recuerdos más escondidos de la memoria y  deja un sin fin de preguntas existencialistas en el aire y todos nosotros sabemos  muy bien de eso. Y, la muerte de la indomable Analí Cabrera no fue la excepción, pues  nos demostró a todos los peruanos que  nunca debemos rendirnos en la vida y que debemos luchar hasta el último minuto de nuestra existencia, pese a que la muerte nos tenga ya sobre las cuerdas. 

Por Marco Gutiérrez Canales

La muerte la sorprendió el martes 21 a las 5: 30 de la mañana, en Surquillo, cuando aún descansaba entre los brazos de su novio, quien poco antes le había declarado- como tantas veces- su amor eterno con un te amo, tal como viven  sólo los corazones enamorados."Me eche a su costado. Me cogío la mano y me dijo: papi te amo porque estoy muy enamorada de ti. Yo le dije lo mismo. La abrace, sonrió y dio su último suspiro ", cuenta Havier Arboleda - con los ojos humedecido- durante una entrevista televisiva.

Sin embargo, ese  fatídico suceso ya lo había olido premonitoriamente  hace dos mese el humoristas Riky Toso, cuando conversaba con ella en el programa de televisión: "Hombres trabajando para ellas", en donde conduce."Estuvo allí promocionando un producto. Al dialogar, ella tenía una vocecita  que era la misma vocecita que tenía mi padre días antes de que falleciera a causa de la misma enfermedad", recuerda el también actor con los nervios “encrispados”, al confesar que él también sufrió de ese mal.

"Me eche a su costado. Me cogío la mano y me dijo: papi te amo porque estoy muy enamorada de ti. Yo le dije lo mismo. La abrace, sonrió y dio su último suspiro ", cuenta Havier Arboleda
 Analí falleció el mismo día de su cumpleaños, cargando a cuestas  sus 52 años  de vida y terminando así con su duro sufrimiento. Aunque poco antes de apagar  sus ojos para siempre, celebró su día - como si fuese el último - con sus amigos más cercanos y algunos miembros de su familia, quienes cantaron y bailaron para ella, viendo a la exvedette recostada sobre una cama. "Era tan talentosa e inteligente que decidió irse a descansar el mismo día de su  onomástico para que nadie se olvide de ella", indica Riky Toso.   

Con este lamentable suceso, quedaba truncado ese deseo ardiente de Anelí  de verse pasando los 90 años,  trotando suave junto a un perro o a una pareja. O de verse en el cine, actuando como la protagonista principal de una película. Sin embargo, nada, ni nadie le pudo arrebatar- de las manos- el anhelo de casarse simbólicamente con el hombre de su vida." Soy la esposa más feliz del mundo ", decía  mostrando un anillo dorado en su dedo y tarareando la letra de la canción: tu amor me hace bien, al estar recostada hace algunos meses en una camilla del hospital Rebagliati.

"No entiendo por qué la gente se alarma cuando digo que nos bañábamos juntos, si es un amor sincero y puro. Además yo le hacía su aseso personal cuando no podía valerse por sí mismas ", comenta 
Desde ese momento, nunca más se volvieron a separar, hasta este martes negro, cuando la muerte se la robó de sus brazos, traspasando esa burbuja de amor que los protegía de cualquier mal en el mundo, tal  como lo definieron esa singular forma de amarse. Ellos dormían juntos, comían juntos e incluso se bañaban juntos."No entiendo por qué la gente se alarma cuando digo que nos bañábamos juntos, si es un amor sincero y puro. Además yo le hacía su aseso personal cuando no podía valerse por sí mismas ", comenta  éste con los ojos reventados de amor, tras dar varios suspiros al aire. 

De Analí  Cabrera se puede decir que nació el  21 de junio de 1959 en una casa en Lima, bajo la mirada de una familia numerosa que estaban ahí para no perderla de vista, para decirle, mientras crecía, que no tuviera miedo, que no le temiera a nada en la vida ni que se quedara paralizada cuando se encontrase en algún  problema.

A sus catorce hermanos como la  mayor, la  popular Chelita los cuidaba como si fuesen sus hijos. Jugaba con ellos, escuchaba sus problemas y les daba consejos sobre cómo actuar en la vida para llegar a ser hombres de bien. "Ella fue una hermana, una mamá y una amiga para mí, por lo que los  Días de la Madre - siempre -  le llevaba flores a su casa", asegura su hermano menor, Miguel Ángel, tras contarle a todo el Perú - a través de las pantalla  de un medio local - que su perdida es irreparable.

Ella habría comenzó su carrera artística - como pocos saben-  como una cantante de zarzuela en Colombia, donde habría nacido su amor por las tablas." Poco antes de que se subiera a los café teatros y actuara en programas de televisión, ella interpretaba zarzuela en el país cafetero",  cuenta su amigo de mil batallas, Toño Rodríguez, a quien le permitió vivir muchos años en su casa.

Poco después, regreso al país para estudiar teatro en la academia de Efraín Aguilar, desde donde dio el gran salto a la pantalla chica en 1980. Y es que, por su talento, gracia y belleza, éste la llevó al  programa cómico: Risas y Salsas para que actue como una hermosa pasajera de un microbuscero, interpretado por Adolfo Chuiman, y no bastó más que un sketch para ganase el corazón de todos los personas.

Aunque, no sería con esta dramatización que su imagen se quedara inmoralizada en la memoria colectiva de todos los peruanos, sino con su protagónico de una coqueta secretaria, llamada "Chelita", quien ponía cada sábado en mil y un aprietos a su jefecito, personificado por Antonio Salim. Su rol caló tanto en la gente que todos la llamaban Chelita, recordándole es estribillo singular que siempre decía: " hay mi jefecito".

"A vece me reprocho por todo lo que le ocurrió a Analí y me pregunto por qué le sucedió a ella y no a mí. Ella era una persona sana, en comparación a mí, que no tomaba, fumaba ni salía a fiestas", asegura la humorista Betina Onetto, con quién compartió los escenarios por muchos años, al indicar que la también vedette era muy creativa. "De cualquier cosita o trapito  hacia un vestuario como cadenas, collares entre otros, cuando tenía que salir a actuar en el teatro ", dice con el orgullo sólo de una  verdadera amiga.

" Desde que nos conocimos, siempre le preparaba este plato cuando iba de visita a mi casa y lo comía con dos panes calientes. Ahora último, le dije a Havier que le llevará un taper, pero lo rechazó ", recuerda la también humorista...
Durante su paso por el legendario programa Risas y Salsa, se enamoró de Rodolfo Carrión, conocido más como Felpudini,  con quien estuvo casada por más de 5 años ." Todas las personas me preguntaban por qué una linda chica se casó con un hombre feo, y yo les respondía que Rodolfo era el mejor compañero que podía tener una mujer", cuenta la que fuere su madrina de matrimonio en aquella época."Ese evento fue calificado como la boda del año ", dice con gran añoranza.

Tras mantener una relación  con dicho actor cómico, fue pareja del productor de televisión, Luís Carrizales Stoll, por 12 años,  de quien se habla poco. Aunque fue en ese tiempo,  que participó en más   proyectos  que se hicieron en la pantalla chica como: Risas y Salsa, bajo la producción de Efraín Aguilar, desde 1997 hasta 1999, Adelgace bailando con Analí, en 1997, entre otros. “Ella fue una mujer talentosa, bailaba, cantaba y actuaba ", cuenta Efraín Aguilar, al decir  que cualquiera persona hubiese querido tener a una mujer con estas características en su elenco.

31 años después de su primer debut en las tablas, Analí Cabrera era paseada en hombre dentro de un ataúd por media Lima, luego de que perdiera la vida producto de un cáncer irreversible. La noticia corrió como  polvorín por  todo el territorio nacional  y agarró a más de uno desprevenido, quienes  desconsolados lamentaban esa pérdida irreparable. Y es que, ellos- como todos los peruanos- seguían al milímetro la vida de la popular Chelita, quien se enfrentó valerosamente  contra la muerte por más de 36 meses.

Ese día - literalmente - hubo duelo nacional en las calles, en las  casas y en las redes sociales- y no era para menos- pues la hija más querida del Perú se iba para siempre, dejándonos sólo como único legado - cual ángel enviado por Dios- que "debemos vivir el día como si fuese el último" y "nunca rendirnos en la vida". De este modo, nos enseñaba que, a pesar de todo, sí se puede morir con dignidad, tal como lo hizo ella, enfrentándose  a una enfermedad tan letal como éste, sin dar una pelea por perdida.

Al día siguiente, su cuerpo fue velado en las instalaciones del teatro Canout, situado en Miraflores, a donde asistieron  decenas de personas, vestidos de blanco- tal cual lo sonó ella-, para despedirse por última ves de su admirada Analí. La mayoría  de ello llevó arreglos florales y fotografías de la artista, quien durante varios años los hizo reí entrañablemente. En la facha de ese edificio, rezaba una frase: "el teatro llora...Adiós Anelí"

A la 1 de la tarde, al lugar también llegó el presidente de la República, Alan García, quien dijo que la popular Chelita "fue una gran actriz, una gran vedette, y, al mismo tiempo, una gran luchadora que demostró constancia en su vida artística  por largos años". Pero sobre todo, aseguro que "Chelita fue una novia que todos los peruanos hubiésemos querido tener”. ... y el resto es historian conocida.

Sin embargo, se debe precisar que Analí cabrera se abrazó a la vida con el corazón de un león, hasta el último minuto de su existencia, -sin soltar prenda-, luchando pulso a pulso por estar viva, contra una enfermedad terminal que ya  la tenía sobre las cuerdas. “Si nos toca irnos, nos tenemos ir.  Pero mientras estemos vivos, tenemos  luchar hasta último y hasta el final, no tirarse al olvido", aseguraba la agonizante  actriz, hablando a susurros para que todos la escuchen, al despedirse a través de un video, diciendo: " Los quiero mucho y los amo a todos".  

 

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